jueves, 18 de octubre de 2012

Reseña: Rebelión en la granja, de George Orwell


                                   Titulo: Rebelión en la granja
                                   Autor: George Orwell
                                   Año de publicación: 1945

Pocos son los libros sin un ápice de calidad literaria que aun así son lecturas obligatorias para entender o para reírnos -si entender no podemos- de las miserables, corruptas, ruines y despiadadas formas de gobierno que padece el mundo. Rebelión en la granja no es un gran libro ni en tamaño ni en calidad, pero es una fabula con un objetivo claro: enseñar a los lectores que con un Estado que todo lo controle y un colectivismo obligado no se sube al cielo sino que se baja bien pronto al infierno.
George Orwell, un británico decepcionado del comunismo, entendió que criticar el sistema soviético –que ya para 1945 se había cargado a varios millones de inocentes, ¡y los que faltaban!- con ensayos y pruebas de poco o nada servia, así que se inclinó por una obra sencilla, por una fabula satírica, que resultó ser una bofetada bien dada al monstruo porque su librito hasta los idiotas lo podían entender.
Lo que hizo Orwell fue tomar a los personajes más importantes de la URSS: Lenin, Stalin, Trotsky, darles forma de animal -de cerdos, que bien merecido se lo tenían- y escribir la historia de cómo había sido el derrocamiento de Nicolás II, la consolidación de los comunistas en el poder, las intrigas y traiciones por el mejor puesto, las purgas injustificadas que terminaron en crueles genocidios, y la esclavitud a la que fueron sometidos los ciudadanos soviéticos que poco a poco morían de cansancio y de hambre y que antes de eso corrían el riesgo de ser ejecutados si se les ocurría mínimamente discrepar con el régimen.
Si tomamos en cuenta los objetivos de Orwell, y que los cumplió fielmente, es imposible no aceptar que escribió una obra maestra, aunque en el aspecto literario parezca simplona. Su libro es una prueba sencilla e irrefutable de que las buenas intenciones cuando son colectivistas pueden terminar en serios desacuerdos y hasta en terribles crímenes, ¿por qué? Porque el hombre no funciona como creyeron Marx y Lenin, funciona de otra manera, a veces mal y a veces bien, pero así son las cosas.

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