Titulo: Noches blancas
Autor: Fiódor Dostoievski
Año de
publicación: 1848
…será triste envejecer sin haber vivido, hasta sin
haber sufrido…
Dostoievski
publicó esta novelita cuando era apenas un joven de veintisiete años. Su
talento, que después mejoró, ya está presente en ella, tanto así que deja una
profunda tristeza en el lector al terminar la última página, y para lograr eso
es necesario que un autor sea bastante bueno en su oficio.
El
protagonista es un joven solitario que tiene precisamente la misma edad que Dostoievski cuando escribió la novela. Su soledad es tanta que jamás ha tenido un
amigo o una novia. Siente amistad con personas con las que no habla y hasta con
objetos inanimados.
Un día
conoce a una hermosa joven y se hacen buenos amigos. Él le cuenta sobre su
soledad, al no tener nada más que contarle, y ella sobre la rígida disciplina a la que la tiene sometida su abuela y también sobre el hombre al que ama.
La amistad
dura poco, sólo cuatro noches en que se encuentran para platicarse sus penas,
pero son suficientes para que el protagonista experimente el más loco amor y la
más amarga de las decepciones al enamorarse, conquistar a su amada y perderla
en unas cuantas horas.
Pero al
final, cuando ya han pasado quince años, recuerda con ternura aquella fugaz
experiencia, porque por un momento fue feliz y, según sus propias palabras: ¿Un instante de felicidad no es suficiente
para toda una vida?
Cuando
empecé con esta lectura pensé que quizás podría ser un error meterme en las
obras de juventud de Dostoievski. Me equivoqué, desde luego, en esa época el
hombre ya era capaz de escribir con la gran maestría que siempre lo caracterizó.
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