Titulo: El animal moribundo
Autor: Philip Roth
Año de
publicación: 2001
He leído
recientemente El animal moribundo, una
novela de Philip Roth que trata sobre los últimos polvos de un hombre
envejecido, y la certeza que tiene éste de que sí, en efecto, son los últimos. La
resignación le resulta más difícil debido a que ése precisamente, el de follar,
ha sido su mejor pasatiempo durante su larga vida. Y por si eso fuera poco,
todavía le queda despachar con dignidad a una despampanante cubana que se bambalea
encima de él con toda la energía de su juventud.
El anciano
en cuestión es un culto profesor llamado David Kepesh que no ejerce la docencia por amor a la sabiduría, sino para estar cerca de jóvenes universitarias y llevárselas
a la cama tras una seducción sustentada en su imagen de hombre culto.
Kepesh presume
de su larga trayectoria como seductor de alumnas. Es un experto en marearlas con su experiencia, pero la
virilidad se pierde, llega en la vida un momento en que el falo ya no es capaz
de enderezarse, aunque el cerebro la mande la orden con carácter de urgente. Kepesh
sabe que está en las últimas cuando al iniciar un curso se sienta frente
a él la buenísima cubana-estadounidense Consuelo Castillo.
Cuando llega
el momento planeado por Kepesh en que están a solas y él puede ponerle las
manos encima del culo, Consuelo le advierte que nada serio puede haber entre
ellos. Ingenuidad de juventud, piensa el viejo calenturiento. ¿Acaso él quiere
una esposa, una pareja estable, tener hijos a los cuales ir a corretear al
parque, como si no fuera poco el tiempo que tendrá el alma pegada al cuerpo?
Seducir a
la hermosa cubana al maestro le resulta fácil. Es una cierva caminando en el
hielo para un cazador experimentado. Pero satisfacerla, ¿le resultará igual de
fácil? Kepesh sabe que no, pero tampoco puede retirarse una vez que la tiene a
su disposición. Sus recursos son pocos, le es necesario dosificar su
rendimiento, sustituir la virilidad con la experiencia en la medida de sus
posibilidades y en la medida que ella se lo permita, porque tampoco puede
reprimirle sus acelerados movimientos tan propios de su juventud.
Kepesh es
como un soldado que sólo cuenta con una bala en su arma. Se cuida
de no gastarla antes de ganar terreno, no puede darse el lujo de tener un
orgasmo porque sólo dispone de uno para apaciguar la intensidad de la joven
cubana. Si se le escapa el tiro antes de tiempo estará perdido.
En resumen, una típica y agradable novela de Roth llena de belleza literaria y de defectos. Porque Roth, tan grande como pocos y merecedor del Nobel de Literatura, también es capaz de meter la pata y en esta novela lo hizo más que en otras.
En resumen, una típica y agradable novela de Roth llena de belleza literaria y de defectos. Porque Roth, tan grande como pocos y merecedor del Nobel de Literatura, también es capaz de meter la pata y en esta novela lo hizo más que en otras.
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